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Por el Dr. Minkoff
Bebidas energizantes.
El efecto que las bebidas energéticas y los altos niveles de cafeína tienen en nuestro cuerpo, nuestra salud, nuestro sueño, nuestros niveles de estrés, nuestro estado de ánimo, nuestros niveles de ansiedad y nuestras hormonas es mucho mayor de lo que la mayoría de la gente piensa.
Cuando se continúan en el tiempo, estos pueden tener un impacto muy significativo en nuestra salud a largo plazo y en la capacidad de nuestro cuerpo para funcionar a niveles óptimos, sin mencionar nuestra capacidad para perder grasa y ganar músculo.
Y considerando que muchas personas que los beben son adolescentes o veinteañeros, cuando sus cuerpos aún se están desarrollando, el daño que causan puede ser mucho peor y provocar afecciones de salud agudas o incluso crónicas en el futuro.
Puede parecer poco, pero debido a su prevalencia y disponibilidad ahora, es muy importante.
Así que profundicemos.
Durante la última década se han lanzado al mercado cada vez más bebidas llamadas “energéticas”, que prometen un mayor estado de alerta mental, energía duradera y mucho más.
Y esto no podría estar más lejos de la verdad.
Muchas de ellas son en realidad algunas de las sustancias más dañinas que podemos introducir legalmente en nuestro cuerpo.
Realmente.
Una historia, no mía, fue la de alguien que le había estado comprando a su sobrina un tipo específico de bebida energética semanalmente desde que se quedó con él.
Lo había estado bebiendo durante algún tiempo antes de llegar a casa de sus tíos y “lo necesitaba” porque estaba “siempre muy cansada”.
Entonces estaba en la fila del supermercado con un paquete de seis de esta bebida cuando la persona que estaba frente a él en la fila notó que tenía en las manos.
Le dijo que era un especialista cardíaco y señaló el paquete de seis diciendo que acababa de tener a una adolescente en la sala de emergencias dos noches antes después de beber dos de esa marca exacta de bebida energética.
Eso sacudió al hombre y lo devolvió a su lugar, diciéndole a su sobrina que no la iba a comprar más y lo que había dicho el doctor.
Unas semanas más tarde ya no estaba “cansada todo el tiempo”. Y posiblemente se le escapó algo mucho más serio.
Primero, no nos dan energía.
Claro, están cargados de azúcar, por lo que son una fuente de energía.
Pero uno de muy corta duración.
Y como es una gran cantidad de azúcar muy procesada, eleva mucho los niveles de cortisol, lo que luego mina nuestra energía hasta que obtengamos nuestra próxima "dosis".
Esto se debe a que estas bebidas actúan saqueando nuestras reservas de adrenalina, obligando a nuestro cuerpo a producir más adrenalina y cortisol para mantenernos despiertos, alertas y activos.
Hasta que nos decepcionemos o nos estrellemos.
Un café o dos por la mañana nos aporta un poco de cafeína, comparativamente. Pero estas bebidas nos aportan altas cantidades de cafeína, taurina y otros estimulantes que nuestro cuerpo nunca debiera consumir.
Y no pueden manejarlos.
Son tóxicos para nuestro cuerpo y aumentan los niveles de cortisol, nos ponen los nervios de punta, impiden el sueño profundo y provocan aumento de peso y problemas de salud a largo plazo.
Al principio, la mayoría de las personas que beben constantemente bebidas energéticas pueden volverse muy letárgicas después de que desaparece el efecto y antes de la siguiente. Y muchos pueden permanecer bastante delgados y, a menudo, no comen tanto como lo harían normalmente.
Pero después de un tiempo, con el efecto que tiene en sus niveles de cortisol, glándulas suprarrenales e insulina, que luego afecta nuestros niveles de neurotransmisores, pueden comenzar a sentirse letárgicos todo el tiempo y, al mismo tiempo, tener problemas para dormir bien por la noche.
Pueden comenzar a sentirse más ansiosos o deprimidos y pueden comenzar a comer en exceso, deseando alimentos azucarados que los lleven a ganar peso.
Debido a la falta de sueño y, a menudo, a una mala alimentación, su cuerpo no obtiene lo que necesita para recuperarse completamente de la actividad del día.
Los niveles de estrés aumentan, están demasiado cansados para hacer el trabajo, los niveles de ansiedad aumentan, puede aparecer depresión y pueden comenzar a tener dolores en el cuerpo que no tenían antes.
Se trata de niveles altos de cortisol, hormonas desequilibradas y la incapacidad de dormir profundamente lo que permite la recuperación diaria, lo que hace que las microlesiones de la actividad diaria se acumulen internamente.
También nos quita las vitaminas B, dejándonos con niveles muy bajos de vitamina B1, lo que puede provocar un parloteo mental constante o una mente que simplemente no se “apaga”.
Y pueden ser bastante adictivos.
Al dejar las bebidas energéticas podemos experimentar primero niveles de energía muy bajos e incluso dolores corporales. Incluso más de lo que teníamos antes de salir si ya los tuviéramos.
Pero no se trata de que nuestros niveles de energía bajen aún más. Esta es la falsa sensación de que la energía se va y el entumecimiento de cómo nuestro cuerpo realmente se siente al desprenderse.
Durante este tiempo, las proteínas son clave, junto con la reposición de vitaminas para la reparación celular.
Si uno ha estado bebiendo bebidas energéticas diariamente durante meses o años, este período de recuperación puede durar algunas semanas, si no meses.
Durante este tiempo es importante mantener bajos los niveles de azúcar y priorizar las grasas y el alto contenido de proteínas.
Esto se debe a que la mayoría de las personas que toman bebidas energéticas de forma continua pueden comenzar a volverse resistentes a la insulina debido a las altas cantidades de azúcares procesados, y debemos ayudarlos a superar esto.
Dormir bien y profundamente también es esencial, ya que es entonces cuando el cuerpo puede utilizar la proteína para recuperarse y cuando las hormonas pueden empezar a equilibrarse nuevamente.
El magnesio también es muy bueno durante esta época ya que ayuda a calmar el sistema nervioso, mientras que estas bebidas energéticas han ido agotando los niveles de magnesio en el cuerpo.
Combinado con caminatas diarias, nuestros niveles de energía pueden comenzar a aumentar nuevamente, nos volvemos más alertas; sin la bebida que nos “ayuda”, el sueño se iguala, el estado de ánimo se iguala y nuestra salud general comienza a mejorar nuevamente.
Si ha estado bebiendo bebidas energéticas con regularidad, le recomiendo que deje de hacerlo y se tome un tiempo para recuperarse.
Con una nutrición y un sueño adecuados tendrás energía y claridad mental más que suficientes. Y también tendrás niveles mucho más altos de salud y longevidad.
Lo recomiendo altamente.
Efectos de las bebidas energéticas y la cafeína en la salud:
Efectos de la cafeína sobre los niveles de cortisol y el estrés:
Efectos de las bebidas energéticas sobre el sueño:
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We know about amino acids, hormones, and how different foods affect our ability to build lean muscle, burn fat and stay healthy.
But if we want to achieve maximum levels of energy, recovery, health and performance, and build the most lean muscle, then we need to go down to the cellular level.
After all, our bodies are just one big mass of some 100 trillion cells all bonded together.
How well we're doing is an exact reflection of how well our cells are doing.
And they require a multitude of nutrients and biochemicals, all held in equilibrium, to ensure they can work properly, produce energy, build muscle, and keep our body going.
When these aren't properly balanced we can get headaches, brain fog, low levels of energy, muscle cramps, slower recoveries from workouts, and imbalances in hormones.
But when everything is in place, we have the most powerful you that you can be.
So let’s see how this works.
While Heart Rate measures the amount of beats per minute of your heart, and Resting Heart Rate measures the amount of beats per minute when your body is at rest (not active), Heart Rate Variability measures the natural variation in time between beats.
When we measure heart rate (how many beats per minute), we’re getting a large picture of how the heart is doing. For example, if we’re running or exercising, our heart speeds up. Then, when we’re resting, it slows down.
Before we cover what actually causes Heart disease, I want to cover something that doesn’t, or at least not in the way most people think: Cholesterol.
You’ve probably heard of the Cholesterol Hypothesis.
This hypothesis states that higher levels of cholesterol, particularly LDL Cholesterol, are associated with higher rates of Heart Disease.
To prevent heart disease then, we take drugs known as statins that lower our liver’s ability to produce cholesterol.
This hypothesis has been so deeply ingrained in our understanding of how the body works, that the idea of challenging it is almost laughable. (Even though it’s still just a hypothesis after all this time.)