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Cuando analizamos el hecho de envejecer, o hacerse mayor, a menudo lo medimos de dos maneras:
La cantidad de años que llevamos en esta tierra, cronológicamente.
Y la cantidad de deterioro que se produce: fatiga, menor energía, niveles deficientes de condición física, falta de sueño, pérdida de masa muscular, empeoramiento de la visión y la audición, problemas digestivos, pérdida de memoria, etc.
Pero, si bien hemos llegado a ver lo segundo como el resultado inevitable de lo primero, en realidad no lo es. Es el resultado de un envejecimiento biológico acelerado antes de nuestro tiempo.
No nos damos cuenta de esto porque nuestra visión se basa obviamente en lo que hemos visto durante décadas. Y lo que hemos visto no es bueno.
Pero esta no es una situación natural. Es una situación creada .
Hoy en día, el 90 por ciento del dinero gastado en atención médica en Estados Unidos, casi 4,1 billones de dólares, se gasta en enfermedades crónicas prevenibles.
Y un estudio de 2018 encontró que el 88 por ciento de los estadounidenses tienen una mala salud metabólica, lo que significa que están en camino de sufrir las enfermedades mencionadas.
Eso no es el 88% de los ancianos, es el 88% de la población de Estados Unidos.
Esto a pesar de que Estados Unidos gasta casi el doble en atención sanitaria y medicinas que cualquier otro país.
Pero en las Zonas Azules del mundo, donde no tienen acceso ni a nuestras medicinas ni a nuestras toxinas y alimentos muy pobres , viven de manera bastante saludable hasta 100 años o más.
Esto es un envejecimiento acelerado. Y no lo necesitamos.
Así que quédense tranquilos, porque estamos a punto de volvernos científicos.
Al observar el mundo actual, no lo sabrías, pero la ciencia ha logrado grandes avances en los últimos años hacia un verdadero envejecimiento.
Y uno de ellos es determinar nuestra edad biológica, porque esto abre la puerta a mucho más.
Se han derivado dos sistemas principales. El primero que cubriré es uno del que quizás hayas oído hablar: los telómeros.
Ya sabes sobre la división celular. Cuando se necesitan nuevas células, las células específicas se dividen en dos, y la nueva contiene todo lo que contenía la original.
Pero estas son células específicas que hacen esto, células madre , células embrionarias que han estado con nosotros desde el nacimiento y que contienen los planos completos del ADN de cada célula del cuerpo.
Al ser embrionarias, estas células, al dividirse, pueden convertirse en cualquier célula del cuerpo.
Esto es necesario. Cuando las células mueren y se necesitan otras nuevas, algunas de estas células madre se dividen y crean nuevas células que ocupan su lugar.
Cuando nos lesionamos y debemos sanar, las células madre proporcionan células nuevas. Cuando entrenamos y aumentamos el tejido muscular, las nuevas células musculares provienen de células madre. Cuando las toxinas dañan las células, las células madre las reemplazan.
Ahora vayamos más allá.
En el núcleo de estas células hay pequeñas estructuras filiformes hechas de ácidos nucleicos y proteínas. Se llaman cromosomas y son los que transportan la información genética en forma de genes, su ADN.
Literalmente, toda la información genética de todo el modelo de su cuerpo se encuentra en estos genes.
Y al final de cada uno de estos cromosomas hay algo llamado telómeros, como tapas en la punta de un cordón de zapato.
Y aquí es donde entra en juego el envejecimiento biológico: cada vez que una célula madre se divide, para formar una nueva célula, los telómeros de la célula madre se acortan ligeramente.
Cada vez.
Es más, estos telómeros sólo pueden acortarse un número determinado de veces, unas 62, antes de que la célula madre ya no pueda producir nuevas células.
Éste es un punto importante. Su cuerpo solo contiene una cantidad limitada de células madre y no todas están en uso en un momento dado.
Pero cuanto más se usan para crear nuevas células, debido a enfermedades, lesiones, toxinas que destruyen nuestras células, una mala nutrición que conduce a la muerte de las células, etc., con el tiempo tendremos menos células madre activas.
Y cuando finalmente llegamos al final, donde ya no tenemos más células madre activas para que la división celular reemplace las células viejas, ya no podemos curarnos a nosotros mismos y llega la muerte.
Entonces, si uno viviera una vida saludable, baja en azúcares, alta en proteínas, grasas saludables, vitaminas y antioxidantes necesarios para mantener las células sanas, mientras se mantuviera alejado de las grasas trans, toxinas y bacterias dañinas, naturalmente tendría más tallos utilizables. células con telómeros más largos, porque no eran tan necesarios.
Pero si vivimos la vida opuesta, comiendo azúcares procesados, grasas trans y aceites ricos en omega 6 (que contienen abrumadoramente nuestra dieta moderna) que dañan las células, toxinas que dañan o matan las células, bacterias dañinas que prosperan con los azúcares procesados, etc…. entonces, naturalmente, estas células madre habrían sido mucho más activas a la hora de reemplazar las células dañadas o moribundas.
Y a medida que envejecemos, tendremos muchos menos.
Pero esto nos da dos cosas.
En primer lugar, ahora podemos medir la longitud de los telómeros en las células madre de una persona y determinar su edad biológica, es decir, cuánto tiempo le queda realmente antes de que su cuerpo ya no pueda repararse a sí mismo.
Pero aún más, conocemos una de las rutas del envejecimiento acelerado. Y no sólo podemos prevenirlo, sino que también podemos revertirlo.
Existe una enzima (un bioquímico que provoca acción en las células) llamada telomerasa. Y ayuda a alargar los telómeros.
Elizabeth Blackburn ganó el Premio Nobel por su descubrimiento. Pero aún más, descubrió que pueden alargarse nuevamente gracias, como habrás adivinado, a una dieta y un estilo de vida saludables.
Realmente.
La mayoría de las personas no lo creen hasta que lo hacen, pero en realidad podemos revertir las condiciones no deseadas en nuestros cuerpos y, al hacerlo, alargamos estos telómeros y agregamos más no solo a nuestra esperanza de vida, sino también al grado de salud que tendremos. tener durante esa vida.
En el próximo artículo cubriré la otra prueba del envejecimiento biológico, profundizando más en el ADN, la genética y la reparación del ADN dañado.
Porque cuando nuestro ADN se daña, las células resultantes son menos funcionales de lo que deberían ser, ya que se crean a partir de un modelo ahora defectuoso.
Y a partir de ahí vamos a profundizar en cada una de las formas en que se dañan este ADN y los telómeros, y cómo podemos no sólo repararlos, sino también aprovecharlos al máximo.
Manténganse al tanto.
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We know about amino acids, hormones, and how different foods affect our ability to build lean muscle, burn fat and stay healthy.
But if we want to achieve maximum levels of energy, recovery, health and performance, and build the most lean muscle, then we need to go down to the cellular level.
After all, our bodies are just one big mass of some 100 trillion cells all bonded together.
How well we're doing is an exact reflection of how well our cells are doing.
And they require a multitude of nutrients and biochemicals, all held in equilibrium, to ensure they can work properly, produce energy, build muscle, and keep our body going.
When these aren't properly balanced we can get headaches, brain fog, low levels of energy, muscle cramps, slower recoveries from workouts, and imbalances in hormones.
But when everything is in place, we have the most powerful you that you can be.
So let’s see how this works.
While Heart Rate measures the amount of beats per minute of your heart, and Resting Heart Rate measures the amount of beats per minute when your body is at rest (not active), Heart Rate Variability measures the natural variation in time between beats.
When we measure heart rate (how many beats per minute), we’re getting a large picture of how the heart is doing. For example, if we’re running or exercising, our heart speeds up. Then, when we’re resting, it slows down.
Before we cover what actually causes Heart disease, I want to cover something that doesn’t, or at least not in the way most people think: Cholesterol.
You’ve probably heard of the Cholesterol Hypothesis.
This hypothesis states that higher levels of cholesterol, particularly LDL Cholesterol, are associated with higher rates of Heart Disease.
To prevent heart disease then, we take drugs known as statins that lower our liver’s ability to produce cholesterol.
This hypothesis has been so deeply ingrained in our understanding of how the body works, that the idea of challenging it is almost laughable. (Even though it’s still just a hypothesis after all this time.)