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por Dr. David Minkoff * 16 de octubre de 2021 * Lectura de 5 minutos
Este es el segundo artículo de una serie sobre insulina, resistencia a la insulina, azúcar y grasa corporal, así como una serie general sobre hormonas, ¡así que estad atentos!
Muy bien, si lees el primer artículo de esta serie , comprenderás que cuando el azúcar está en el torrente sanguíneo, se libera la hormona insulina para enviarla a las células para obtener energía o para almacenarla como energía en los músculos como algo llamado glucógeno. o convertirlo en grasas conocidas como triglicéridos (grasa corporal).
Y que mientras la insulina esté en el torrente sanguíneo casi no se puede quemar grasa.
Pero algo puede pasar aquí cuando nuestra dieta es bastante alta en azúcar durante un largo período de tiempo, manteniendo nuestros niveles de insulina altos durante más tiempo cada día.
Las células desarrollan resistencia a la insulina. Es decir, cuando la insulina llama a la puerta, tratando de darle azúcar a la célula para que pueda producir energía, la célula dice "no" y cierra sus puertas.
Esto sólo sucede un poco al principio, pero con el tiempo sucede cada vez con más frecuencia.
Verá, seguimos comiendo grandes cantidades de azúcar, lo que libera grandes cantidades de insulina. ¡Y esta insulina luego intenta introducir este azúcar en las células porque ahora necesita sacarlo del torrente sanguíneo para no dañar los vasos sanguíneos!
Pero después de un tiempo (años), las células empiezan a hartarse. Están consumiendo demasiada azúcar. No pueden contenerlo todo. Están hartos de que la insulina llame a su puerta a todas horas de la noche como un exnovio borracho.
Entonces, la próxima vez que la insulina llama a la puerta, las células dudan un poco a la hora de abrir la puerta.
Dicen: "Oh, dejaremos entrar un poco, pero no más".
Esto continúa durante un tiempo y las células dejan entrar cada vez menos azúcar.
Pero después de un tiempo más, tal vez muchos años, las células se cansan tanto que pueden comenzar a negarse a abrir la puerta... incluso cuando necesitan ese azúcar para producir energía para ellas y el cuerpo.
Esto significa que el azúcar comienza a acumularse en el torrente sanguíneo. Y cuanto más azúcar hay en la sangre, más insulina se libera para impulsarla hacia las células.
Y si las células no absorben este azúcar, entonces se convertirá en grasa, incluso si las células realmente la necesitan.
Y cuanto menos azúcar llegue a las células cuando realmente la necesitan, más cansado estará, porque sus células no tienen lo que necesitan para producir energía.
Estás comiendo, probablemente cada vez más a lo largo de los años, pero tus células reciben cada vez menos alimento y cada vez más se almacena en forma de grasa.
Esta es la resistencia a la insulina, el primer paso en ese camino solitario hacia la diabetes tipo 2.
Pero es un camino que muchos siguen sin siquiera saberlo. Porque este no es un punto exacto. No es que un día estás sano y tus células responden inmediatamente a la insulina y al día siguiente eres resistente a la insulina.
Es un proceso gradual que dura años, y al menos la mitad de la gente en Estados Unidos se encuentra en algún punto de este camino simplemente debido a los alimentos disponibles hoy en día.
Y lo más probable es que, si tiene problemas para perder grasa, exista cierto grado de resistencia a la insulina.
No te preocupes, es completamente reversible de forma natural; de hecho, te ayudamos con esto en el Programa de pérdida de grasa y volumen magro .
Y se necesita mucho menos tiempo para revertirlo que para crear la situación en primer lugar: solo semanas, o tal vez meses para alguien con diabetes tipo 2 completa.
Pero es un punto importante a mencionar. Queremos perder grasa, tanto por motivos personales, como también por motivos de salud.
Verá, esta grasa también se almacena en nuestras arterias, elevando la presión arterial y provocando enfermedades cardíacas, así como en nuestro hígado y riñones, donde impide el funcionamiento adecuado de estos órganos y puede provocar enfermedades hepáticas o renales.
Si usted es resistente a la insulina en cualquier grado, esto hace que sea cada vez más difícil perder esta grasa.
El cuerpo bombea cada vez más insulina para que las células absorban el azúcar. Pero cuando no lo hacen, no es sólo que la insulina la almacene en forma de grasa. También es que, mientras la insulina está presente, casi no se puede quemar grasa.
Así que nos vemos obligados a ganar grasa y se nos impide perderla.
Necesitamos que usted sea sensible a la insulina, lo que significa que sus células reaccionan al llamado de la insulina e inmediatamente abren sus puertas para dejar entrar el azúcar.
Cuanto más sensible a la insulina sea usted, menos insulina necesitará bombear su cuerpo al torrente sanguíneo para impulsar el azúcar hacia las células y más rápido eliminará el azúcar del torrente sanguíneo.
Por lo tanto, ganamos cada vez menos grasa y se vuelve cada vez más fácil perder la grasa que hay allí y mantenerla .
Los niveles de energía aumentan, el estado de ánimo aumenta y la ganancia muscular también aumenta, aunque veremos cómo sucede esto un poco más adelante.
¿Y sabes lo sencillo que es hacer esto? Muy .
Tan simple que parece demasiado simple.
Si los niveles altos de azúcar provocan niveles altos de insulina y, por lo tanto, resistencia a la insulina... simplemente reducimos esos niveles altos de azúcar y, después de un par de semanas o meses, sus células volverán a ser sensibles a la insulina.
Es realmente así de simple.
"¿¿Simple?? ¡¿¿Estás loco??!" Te oigo decir.
Sí, sencillo.
Por supuesto, al mismo tiempo que hacemos esto, también reduciremos tus antojos de comida chatarra y aumentaremos la capacidad de tu cuerpo para utilizar los alimentos que le das para que tu energía y tu estado de ánimo sean mayores.
Todo sucede al mismo tiempo.
Definitivamente habrá antojos al principio, pero en su mayoría desaparecen después de la primera semana, y sólo los días 2 a 5 son los peores.
Pero si sigues el protocolo de la Guía PerfectAmino para la pérdida de grasa y el volumen magro, realmente haremos que ese proceso sea lo más indoloro posible.
Pero de cualquier manera, necesitamos bajar estos niveles de insulina y revertir cualquier resistencia a la insulina si queremos perder grasa y luego continuar manteniéndola fácilmente .
Pero todavía hay un poco más en esto, porque algo de fruta o arroz a diario no va a causar esto. Oh, no…
Consulte el siguiente artículo aquí: Azúcares de acción rápida versus azúcares de acción lenta y el globo de una nación
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We know about amino acids, hormones, and how different foods affect our ability to build lean muscle, burn fat and stay healthy.
But if we want to achieve maximum levels of energy, recovery, health and performance, and build the most lean muscle, then we need to go down to the cellular level.
After all, our bodies are just one big mass of some 100 trillion cells all bonded together.
How well we're doing is an exact reflection of how well our cells are doing.
And they require a multitude of nutrients and biochemicals, all held in equilibrium, to ensure they can work properly, produce energy, build muscle, and keep our body going.
When these aren't properly balanced we can get headaches, brain fog, low levels of energy, muscle cramps, slower recoveries from workouts, and imbalances in hormones.
But when everything is in place, we have the most powerful you that you can be.
So let’s see how this works.
While Heart Rate measures the amount of beats per minute of your heart, and Resting Heart Rate measures the amount of beats per minute when your body is at rest (not active), Heart Rate Variability measures the natural variation in time between beats.
When we measure heart rate (how many beats per minute), we’re getting a large picture of how the heart is doing. For example, if we’re running or exercising, our heart speeds up. Then, when we’re resting, it slows down.
Before we cover what actually causes Heart disease, I want to cover something that doesn’t, or at least not in the way most people think: Cholesterol.
You’ve probably heard of the Cholesterol Hypothesis.
This hypothesis states that higher levels of cholesterol, particularly LDL Cholesterol, are associated with higher rates of Heart Disease.
To prevent heart disease then, we take drugs known as statins that lower our liver’s ability to produce cholesterol.
This hypothesis has been so deeply ingrained in our understanding of how the body works, that the idea of challenging it is almost laughable. (Even though it’s still just a hypothesis after all this time.)